La música nace con nosotros. Los latidos del corazón materno son nuestra primera percusión y nuestros giros en su vientre nuestras primeras coreografías. Todo es música.
Si algo debe proponerse desde los espacios escolares curriculares vinculados a la música Y la enseñanza promover en todas sus formas el contacto vivencial con el SONIDO , en una intervención constante del PROPIO CUERPO Y EL RESTO DE LOS SENTIDOS.
Su desarrollo propone CONTENIDOS de disciplinas interrelacionadas con la MUSICA dentro del área artística, tales como EXPRESION CORPORAL y DANZAS. Es decir, proponer el trabajo desde proyectos netamente INTERDISCIPLINARIOS. Esa integración se produce a través de múltiples estrategias: juegos, utilizando la voz, instrumentos convencionales o no, la exploración del propio cuerpo en sus alcances rítmicos .
La infancia es el tiempo de la vida mayor dotado y mejor predispuesto para los aprendizajes. De ello se desprende que los niños/as puedan incorporar conocimientos, destrezas, sentimientos y valores adecuados a sus etapas evolutivas, que luego aplicarán en distintos ámbitos donde les sean requeridos para adaptarse a la compleja realidad que les toca vivir.
Ahora bien, esos aprendizajes debieran ser motivados desde espacios de juego y arte, amplios y significativos, que contemplen todas las posibilidades de expresión de la diversa infancia que habita nuestras escuelas. La articulación de lenguajes expresivos a través de un abordaje lúdico es lo que permitirá a los niños/as que esos conocimientos y destrezas sean adquiridos de forma natural, espontánea, ya que el juego es el lenguaje por excelencia que tiene la infancia para entender la vida y desarrollarse como personas.
domingo, 8 de noviembre de 2009
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